PRIMEROS AUXILIOS: 2024-1-23670-E2-Presencial
2.2 Valoración primaria
Valoración primaria
- En la valoración primaria vamos a atender fundamentalmente a la evaluación de los signos vitales del paciente.
- Además, se comprobará la presencia de hemorragias copiosas y se atenderá a posibles obstrucciones de la vía aérea.
- Para realizar esta valoración se sigue el protocolo ABCD, que veremos más detenidamente a continuación.
- Un paso previo e imprescindible en toda valoración primaria es comprobar (no valorar) si el individuo se encuentra consciente.
- Para verificarlo debemos preguntarle en voz alta y clara qué le sucede. Si el paciente no responde, primero le aplicamos ligeras sacudidas agarrándole de los hombros, y si tampoco obtenemos respuesta le proporcionaremos pequeños estímulos dolorosos como leves pellizcos. Una vez comprobado que el paciente está inconsciente, pasaremos a aplicar el protocolo.
Protocolo ABCD
Debido a que durante la valoración primaria de la víctima el tiempo es un factor importante, es recomendable seguir un protocolo de actuación sencillo y fácil de recordar; en este caso, se siguen las primeras letras del abecedario.
A (Airway): apertura de la vía aérea
- En pacientes inconscientes es prioritario asegurar que la vía aérea se encuentre permeable, para facilitar que el aire entre en los pulmones.
- Para ello, colocaremos al paciente en decúbito supino y verificaremos su permeabilidad.
- Debemos observar si en la boca del paciente hay cuerpos extraños que impidan la entrada del aire.
- Si se detectan objetos extraños, y estos son accesibles, se debe introducir el dedo índice curvado para que haga de gancho y sacar el elemento que obstruye la vía aérea.
- Si los objetos no están accesibles, no manipularemos la boca de la víctima para no empujar el objeto y agravar la obstrucción.
- Después de esto, si la vía aérea todavía no es permeable, se debe abrir mediante la maniobra frente-mentón o por medio de una cánula orofaríngea, como la cánula de Guedel.
B (Breathing): respiración
- Se ha de comprobar el estado respiratorio de los pacientes inconscientes.
- Para verificar la presencia de respiración se sigue la secuencia:
Ver: observaremos los movimientos de ascenso y descenso del pecho.
Oír: escucharemos el aire entrando y saliendo de las vías respiratorias.
Sentir: sentiremos el aire espirado, que estará caliente y húmedo.
- Además de verificar si el paciente respira, se debe comprobar cómo es esa respiración, si es normal o se encuentra alterada.
- No hay que perder de vista la presencia de traumatismos importantes que puedan comprometer la función respiratoria.
C (Circulation): circulación
- El estado circulatorio del paciente se valora principalmente mediante la toma del pulso.
- Existen muchas zonas donde es posible comprobar el pulso, en primeros auxilios se suele tomar en la arteria carótida, ya que es un pulso que se palpa fácilmente.
- En este punto también comprobaremos si el paciente presenta hemorragias, para poder adoptar las medidas precisas para cohibirlas, y verificaremos su estado de perfusión, observando la coloración y la temperatura de la piel y las mucosas.
- No se deben extraer los objetos extraños que se encuentren clavados en el cuerpo, sino que se taparán con apósitos y no se manipularán.
D (Disability): estado neurológico
Fase en la que debemos valorar no solo la presencia o ausencia de conciencia, sino también su nivel.
Valoración de la conciencia
La conciencia se puede definir como un estado en el que el individuo está alerta y tiene capacidad para captar y responder a los estímulos externos e internos.
Su valoración se puede realizar desde un punto de vista tanto cualitativo como cuantitativo.
Valoración cualitativa
Para valorar cualitativamente el estado de conciencia se suele emplear la escala AVDN.
A cada estado de conciencia suele asignársele un término, como se describe a continuación:
- Somnolencia o letargia: el paciente se encuentra somnoliento y desorientado, pero responde a estímulos dolorosos y verbales de forma adecuada, tanto si son simples como si son complejos.
- Obnubilación: el paciente responde a estímulos dolorosos y verbales simples, pero no a estímulos verbales complejos. Consiste en un estado de depresión de la vigilia, en el que es posible despertar a la persona aplicándole estímulos de poca intensidad.
- Estupor: sí hay respuesta a estímulos dolorosos, pero no a estímulos verbales de ningún tipo. Es decir, es un estado de depresión del estado de vigilia, del que el paciente únicamente puede ser despertado mediante la aplicación de estímulos intensos.
- Coma: no hay respuesta ni a estímulos verbales ni a dolorosos. El paciente no puede ser despertado independientemente de la naturaleza de los estímulos que empleemos.
Escala AVDN
- A (Alerta): la persona responde adecuadamente a todas nuestras preguntas y ante cualquier estímulo.
- V (Verbal): la persona es capaz de responder a estímulos verbales.
- D (Dolor): la persona responde a estímulos dolorosos, como un pellizco o la presión sobre la raíz de la uña con un objeto romo.
- N (No responde): la persona no responde a ningún estímulo.
Valoración cuantitativa
Desde un punto de vista cuantitativo, se emplean diversas escalas en las que se valora el grado de respuesta frente a distintos estímulos.
La más empleada en adultos es la escala de Glasgow, que fue creada en la década de 1970 por el doctor Graham Teasdale, con el fin de valorar el nivel de conciencia en pacientes con traumatismos craneoencefálicos.
Esta escala evalúa tres tipos de respuesta:
- Apertura ocular.
- Respuesta motora.
- Respuesta verbal.
Teniendo en cuenta que es una escala que relaciona menor puntuación con mayor gravedad, a cada componente se le puede aplicar una puntuación:
- De 1 a 4 en el caso de la apertura ocular.
- De 1 a 6 en la respuesta motora.
- De 1 a 5 en el caso de la respuesta verbal.
Cada parámetro se puede valorar por separado, y también permite obtener una puntuación global sumando el resultado de las tres puntuaciones de la escala.
La puntuación máxima que se puede obtener es de 15 puntos y la mínima de 3 puntos, y en función de los puntos obtenidos se clasifica a los pacientes como leves, moderados o graves de la siguiente forma:
- Traumatismo craneoencefálico leve: 13 a 15 puntos.
- Traumatismo craneoencefálico moderado: 9 a 12 puntos.
- Traumatismo craneoencefálico grave: 8 o menos puntos.
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