PRIMEROS AUXILIOS: 2024-1-23670-E2-Presencial
5.5 Urgencias obstétricas
URGENCIAS OBSTÉTRICAS
La obstetricia es la rama de la medicina que se encarga de prestar asistencia sanitaria a la mujer embarazada y a su futuro hijo, desde la concepción hasta 28 días después del nacimiento del niño (puerperio).
Las medidas asistenciales de estas urgencias deben tener en cuenta tanto al feto como a la madre.
Entre las urgencias de este tipo nos podemos encontrar con hemorragias en distintos momentos del embarazo o puerperio, rotura de membranas, crisis hipertensivas, traumatismos y precipitación del parto.
Se habla de parto de urgencia cuando tenemos que asistir a una mujer cuyo parto se ha iniciado, y no hay tiempo para esperar a los SEM o para llevarla a un hospital.
Este parto precipitado sucede en menos de dos horas desde que comenzaron las contracciones.
El parto tiene tres fases o periodos:
– Dilatación: consiste en la apertura del cuello del útero hasta los 10 cm aproximadamente, junto con el comienzo de las contracciones uterinas, expulsión del tapón mucoso y rotura de la bolsa de aguas (saco que contiene el líquido amniótico).
– Expulsión: periodo en el que el feto es impulsado hacia el canal del parto (útero, cuello del útero y vagina), por el efecto de las contracciones. La cabeza, normalmente, asoma por la hendidura vulvar.
– Alumbramiento: consiste en la expulsión de la placenta, pasados 10 a 30 minutos de la salida del feto, y la contracción del útero para cortar la hemorragia producida por aquella.
Si se decide la asistencia al parto de urgencia, primero avisaremos a los servicios de emergencias y les proporcionaremos los datos que nos pidan.
Luego, realizaremos una valoración de la situación, teniendo en cuenta aspectos fundamentales como:
– Estimar la distancia que hay hasta el hospital más próximo.
– Informarnos de cuáles son los antecedentes de la mujer, ya que, de forma general, una primípara tendrá un periodo expulsivo de una hora aproximadamente, pero en caso de multíparas, se reduce a media hora.
– Revisar las condiciones del lugar en el que habría que llevar a cabo el parto y el material disponible, como agua, sábanas o toallas limpias y material de curas (gasas, tijeras, antisépticos, etc.).
– Atender al estado de la mujer (físico y psicológico), tranquilizándola si es necesario.
– Valorar la fase del parto en que se encuentra y, siempre que podamos, si la presentación del feto es cefálica (la cabeza asoma primero) o no. En este último caso, el periodo expulsivo es más largo y puede complicarse. Además, nos informaremos de si estamos ante un parto prematuro (20 a 34 semanas de gestación).
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